Halloween se presenta cada año como una noche de disfraces, diversión y fantasía, pero, como bien sabe la Guardia Civil, también puede convertirse en un escenario de auténtico terror. Mientras la mayoría de la gente celebra con juegos y dulces, la realidad es que el 31 de octubre también ha sido testigo de crímenes que desafían la imaginación. Desde asesinatos premeditados hasta rituales oscuros y venganzas personales, esta noche puede exponer los lados más sombríos de la sociedad. En España y alrededor del mundo, estos crímenes han puesto a prueba tanto la capacidad de las fuerzas del orden como su determinación para mantener la seguridad pública. En esta recopilación, exploramos algunos de los crímenes más escalofriantes que han marcado Halloweens pasados, incluyendo casos donde la Guardia Civil ha tenido un papel crucial para resolverlos.
La noche de Halloween de 2022 en Málaga dejó una huella de horror. Un hombre de 28 años fue asesinado de manera brutal en el barrio de La Corta, donde recibió cinco disparos, dos de ellos en la cabeza. Este incidente, que parecía sacado de una película de terror, fue abordado de inmediato por la Guardia Civil, que inició un operativo exhaustivo para identificar a los responsables. La frialdad de este crimen reflejó la cara más oscura de la celebración de Halloween, donde las máscaras y disfraces no pudieron esconder la gravedad de la situación.
Uno de los crímenes de Halloween más conocidos de todos los tiempos es el de Timothy O’Bryan, en Estados Unidos. En 1974, Ronald O’Bryan, el padre de Timothy, envenenó a su propio hijo de 8 años con un dulce lleno de cianuro para cobrar un seguro de vida. El caso se conoció como el «Hombre del Caramelo Envenenado» y generó un pánico generalizado sobre la seguridad de los dulces de Halloween. La frialdad y el cinismo detrás de este crimen dejaron a todos en shock.
También en 2022, Sevilla se vio sacudida por el asesinato de un joven de 18 años en Palomares del Río. En plena calle Federico Moreno Torroba, el joven fue apuñalado en la madrugada, y el brutal ataque fue reportado por los vecinos, quienes escucharon sus gritos. La Guardia Civil intervino de inmediato, iniciando una investigación a fondo para encontrar a los autores de este violento crimen. Las festividades de Halloween tomaron un giro inesperado, revelando el lado más crudo y aterrador de la noche de brujas en España.
El asesinato de Martha Moxley en la noche de Halloween de 1975 estremeció a la tranquila comunidad de Greenwich, Connecticut, y se convirtió en uno de los casos más mediáticos y polémicos en la historia criminal de Estados Unidos. Martha, una joven de 15 años, fue encontrada brutalmente golpeada en el jardín de su propia casa, en una escena que reflejaba una violencia inusual y fría. La investigación inicial resultó complicada, pues surgieron sospechosos dentro de su círculo social, incluyendo a Michael Skakel, un miembro de la poderosa familia Kennedy. Sin embargo, debido a la falta de pruebas claras y al poder de influencia de los implicados, el caso quedó sin resolver durante décadas, manteniendo a la comunidad en suspenso y bajo una nube de incertidumbre.
Años después, en 2002, Michael Skakel fue finalmente juzgado y condenado por el asesinato de Martha, aunque el proceso judicial estuvo lleno de reveses. En 2013, un tribunal anuló la condena, alegando deficiencias en la defensa de Skakel, lo que generó una nueva ola de controversia y reabrió viejas heridas en la comunidad. Este caso no solo mostró las complejidades de los crímenes cometidos en fechas simbólicas como Halloween, sino que también reveló cómo el poder y las conexiones pueden influir en el sistema judicial. Hoy en día, el asesinato de Martha Moxley continúa siendo una referencia inquietante sobre las sombras que pueden esconderse detrás de las máscaras y celebraciones de Halloween.
El caso Liske de 2010 conmocionó a la tranquila comunidad de Martin, Ohio, la mañana de Halloween. William Liske Jr., conocido por su inestabilidad mental y antecedentes de violencia familiar, cometió un triple homicidio que desoló a su propia familia. Liske, de 24 años, asesinó brutalmente a su padre, William Liske Sr., a su madrastra, Susan, y a su hermano menor, Derek. Los cuerpos fueron encontrados en la casa familiar por el joven Devon Griffin, hermanastro de Liske, quien regresaba de un servicio religioso y, al entrar, descubrió la escena espantosa. La investigación reveló que Liske había atacado a sus familiares mientras dormían, y aunque algunos intentaron defenderse, la violencia fue tan extrema que ninguno sobrevivió.
El caso planteó preguntas difíciles sobre la relación entre salud mental y violencia familiar, ya que Liske Jr. había tenido comportamientos erráticos y antecedentes de altercados con su familia. Durante el juicio, se hizo evidente que la familia había intentado ayudarlo en múltiples ocasiones, pero sin éxito, ya que Liske mostraba una conducta cada vez más perturbadora. Fue condenado a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional, pero cinco años después, en 2015, fue encontrado muerto en su celda en un aparente suicidio. El triple homicidio Liske dejó una profunda huella en su comunidad y sigue siendo recordado como un caso en el que las señales de advertencia no fueron suficientes para evitar una tragedia.
En 2008, el pequeño municipio de Ripollet, en Cataluña, fue escenario de un macabro asesinato durante la noche de Halloween. Un joven obsesionado con una chica de 14 años la atacó de forma despiadada, dejándola sin vida. Este caso conmocionó al país entero, no solo por la violencia del crimen, sino por el perfil psicológico del asesino, que revelaba una fijación enfermiza. Las autoridades locales colaboraron estrechamente con la Guardia Civil para esclarecer los motivos de este terrible acto, que empañó una noche que debería haber sido festiva.
Halloween de 1957 presenció el misterioso asesinato de Peter Fabiano, quien fue disparado al abrir la puerta de su casa a lo que creía que era un visitante disfrazado. Más tarde se descubrió que el autor intelectual del crimen fue una amante despechada de la esposa de Fabiano, quien contrató a otra mujer para llevar a cabo el asesinato. Este oscuro triángulo amoroso se volvió uno de los crímenes más comentados de su época.
El caso de Yoshihiro Hattori en 1992, un estudiante japonés en Estados Unidos, dejó en evidencia los peligros de Halloween. Hattori fue baleado al equivocarse de puerta mientras buscaba una fiesta de Halloween en Luisiana. El dueño de la casa, creyendo que Hattori era un intruso, disparó sin mediar palabra. Este asesinato impulsó un debate nacional sobre las leyes de posesión de armas en Estados Unidos.
En Halloween de 1981, Ronald Sisman y Elizabeth Platzman fueron asesinados en su apartamento en Chelsea, Nueva York, en un crimen que se cree relacionado con rituales satánicos. Según los rumores, David Berkowitz, conocido como el «Hijo de Sam», había predicho el asesinato, sugiriendo que formaba parte de un culto oscuro. El caso sigue sin resolverse, añadiendo un aire de misterio a este macabro episodio de Halloween.
El asesinato de Rebekah Gay en 2012 sacudió a la comunidad de Broomfield Township, Michigan, en una historia de traición y brutalidad que pocos podían imaginar. Rebekah, una joven madre de 24 años, fue asesinada por John D. White, un pastor de 55 años que mantenía una relación cercana con su familia. White había desarrollado una obsesión secreta por Rebekah y había ideado un plan macabro para acabar con su vida en la madrugada de Halloween. La policía descubrió que White la atacó en su hogar mientras su hijo dormía en la habitación contigua, usando un martillo para golpearla antes de estrangularla hasta la muerte. Después, escondió su cuerpo en un área boscosa, aparentemente sin remordimiento.
El caso reveló el perfil oscuro de White, quien había sido condenado en el pasado por agresiones similares y había confesado que su intención era recrear una fantasía violenta inspirada en películas de terror de Halloween. La investigación demostró que Rebekah confiaba en él, un hombre que incluso ayudaba a cuidar de su hijo. Este crimen dejó a la comunidad en estado de shock, ya que White era una figura respetada y aparentemente «rehabilitada». Su confesión en el interrogatorio y los detalles de su crimen mostraron la complejidad del caso, en el que alguien de la confianza de la familia escondía una maldad tan profunda.
Finalmente, en 2014, una noche de Halloween en la Universidad de Isla Vista, California, se convirtió en una pesadilla cuando Elliot Rodger lanzó un ataque contra estudiantes, dejando seis muertos y varios heridos. Este trágico evento subrayó los problemas de salud mental y el acceso a armas en Estados Unidos, dejando una marca indeleble en la historia de Halloween.
En octubre de 2020, Manuel Jesús, conocido como el «Decapitador de Huelva,» cometió uno de los crímenes más atroces en España, justo antes de Halloween. Este hombre, con antecedentes violentos y un perfil psicológico agresivo, asesinó brutalmente a su amigo de infancia en la localidad onubense. El crimen comenzó en el domicilio de la víctima, a quien atacó por sorpresa con un calentador metálico, golpeándole la cabeza hasta causarle la muerte. Tras ello, Manuel decapitó el cuerpo con un cuchillo de gran tamaño y, en un acto de macabra exhibición, colocó la cabeza en una bolsa de plástico.
Durante los días siguientes, Manuel mostró la cabeza a varias personas en una plaza cercana, provocando un pánico creciente en la comunidad. Finalmente, tras intentar quemar algunas prendas incriminatorias, arrojó la bolsa con la cabeza cerca de un contenedor. Gracias a la rápida reacción de los testigos, quienes alertaron a las autoridades, la Guardia Civil y la Policía Nacional desplegaron un operativo conjunto que permitió su captura. La Guardia Civil fue clave en la recopilación de pruebas, el análisis de los antecedentes del agresor y la construcción de un caso sólido para llevarlo a juicio
Tras un proceso judicial lleno de detalles escalofriantes, Manuel Jesús fue condenado a 21 años y 5 meses de prisión por asesinato y profanación de cadáver, con una indemnización de 205.000 euros a los familiares de la víctima. Este crimen, marcado por la relación de amistad entre el asesino y su víctima, se recuerda como uno de los casos más oscuros de Halloween en España y refleja el crucial papel de la Guardia Civil para asegurar justicia en momentos de horror inimaginable.
Halloween puede traer consigo desafíos únicos para las fuerzas de seguridad, y la Guardia Civil ha demostrado, en múltiples ocasiones, que está preparada para actuar con rapidez y precisión cuando la situación lo requiere. Sin embargo, cada uno de estos casos nos recuerda la importancia de contar con agentes altamente capacitados, comprometidos en mantener la paz y desentrañar los misterios más oscuros.
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